ORDENACIONES

Algún sueño extraviado acabó sumergido en un café sólo y sin azúcar.
El sol de primera hora es ya una trompeta jazz en mitad del cielo.

Hoy hay cosas que hacer, llamadas que no atender.
Un ir y venir, un chapuzón de soliloquios, un tiro de plato a la mentira, un cigarro liado con ceremonia.
Daré digestión a libros en una esquina de tiempo, un poco de sombra al corazón bajo un nombre propio, pedir letra a la brisa desde un buen fondo de ojo.
Rechazaré la propuesta de síes y noes. Ya me conoce el silencio quien se acostumbra a zigzaguear por mi boca.
Basta comprobar que ya no hay pájaros en la palabra.
Basta comprobar que ya no hay pájaros en la ida ni en la vuelta. Y es que no creo en ningún ala posible.
Pero también que nos dejen echar una cabezada al mundo y sus rectas. Que da pleno sol. Que ya no hay ni habrá más cortina puesta en la frase y no me da la gana de no hacerla más fuerte y sonora.
Tampoco hay, ni siento: indolencia o trazo refutable.
Ya no hay nada mas que eso: eso importante y su séquito de razonamientos.