B L A N C O

Empezar es angustia al espacio en blanco
el folio señala vacío: y debes, debes vencerme -murmura desde todos los ángulos-
la certeza
es que siempre vamos a escribirlo con igual tinta, misma tinta en blanco de corazón en blanco;

así es,
lo llaman blanco roto o absoluto

y crea un silencio de tiza que autodesmiente cualquier excusa ¿por qué? porque es argentino,
tan blanco, níveo
que la memoria lo adopta de semejante manera a como se sujeta un cigarrillo con su ceniza:
lento y agitado.
Tan distinto es partir del blanco, que no hay ruidos de fotografía o doblaje de ninguna clase.
Se transforma pues en doméstico marfil de elefante o magia de cebra paseando por los espejos de casa.
A través de la despigmentación de la palabra se llega a descubrir todo el cortejo del neutro y su eje:
el que crea algún principio